Valentum-Más de 100 ideas de inversión al año

14 febrero, 2023

Reflexiones Valentum por Ana Moreno

Artículo-Inteligencia Artificial

Valentum-Más de 100 ideas de inversión al año

Hemos comentado en varias ocasiones cómo es nuestro proceso de selección de compañías y los pilares en los que nos basamos (empresas con crecimiento, márgenes sólidos, generación de caja y excelente equipo directivo). Pero quizás pocas veces resaltamos el elevado número de ideas de inversión que visitamos: en el equipo gestor de Valentum podemos llegar a ver una media de diez ideas nuevas al mes, más de cien al año. Por supuesto hay meses con mucho más peso, como por ejemplo marzo, mayo y junio, cuando asistimos a varias conferencias en las que en una semana podemos tener reuniones con más de diez compañías, aunque también hay semanas de menor actividad de reuniones.

Cuando decimos “visitar” nos referimos a tener una primera toma de contacto con la compañía tras haber identificado, según nuestros pilares, que podría ser una buena empresa para alguno de nuestros fondos, o bien que es similar a alguna posición de la cartera, o que nos podría ayudar a entender mejor algún sector o situación particular del mercado. Preparamos esas reuniones con un análisis previo para poder aprovechar al máximo el tiempo que los directivos nos brindan. Podemos ver muchas compañías que posteriormente no entren en la cartera, pero aprendemos en todas las reuniones aspectos que nos ayudan a analizar y conocer mejor compañías que sí están en la cartera y a tener una mayor visión global de todos los sectores, para saber en cuáles podemos encontrar más valor.

Un asunto latente es el uso de la inteligencia artificial. ¿Cómo pueden afectar los avances de la inteligencia artificial a nuestra gestión? Pensamos que tiene aspectos muy positivos que incrementarán nuestra actividad y productividad, y otros que probablemente no pueda suplir y en los que será un complemento, no un sustituto.

Un complemento porque nos puede ayudar a hacer una selección mucho más rápida de las compañías con las que sería más interesante reunirnos. Puede que incluso nos ayude a preparar preguntas generalistas sobre la compañía en cuestión y sus actividades principales. Esto nos ahorrará mucho tiempo, aumentará el número de ideas de inversión que podamos ver al año. ¿En vez de cien, quizás mil? Nuestra productividad será mucho mayor, pero hay algo que no podrá sustituir. La sensación, el feeling que nos da el equipo gestor, la confianza, el instinto.

Para nosotros, el mayor valor de nuestro análisis está en esas reuniones, bien presenciales, bien online, en las que conseguimos un nivel de conocimiento e información que nos permite determinar si es una gran idea o no. El hecho de conocer a los directivos de las compañías es clave para nosotros, la impresión que nos den las personas y su manera de gestionar y comunicar es muy importante. Podemos ver una gran compañía, pero con una gestión, a nuestro parecer, poco adecuada, y no escogerla. También sacamos conclusiones de la manera en que cuentan su historia. Por supuesto hay muy buenos actores pero, como bien se sabe, las mentiras tienen las patas muy cortas, y con varias preguntas que le puedan dar la vuelta a su argumento podemos saber, con cierta confianza, si lo que nos están diciendo es verdad o no. Al seleccionar una compañía para nuestra cartera, estamos escogiendo un modelo de negocio y dando credibilidad a un crecimiento, pero lo más importante es que estamos confiando en las personas que la gestionan, confiando en que tomen las decisiones adecuadas, que logren que la compañía llegue a su máximo potencial, que estén alineados con nosotros y nos dé las mejores rentabilidades posibles. De la misma manera que nuestros partícipes confían en nosotros para gestionar su dinero.

El hecho de que una de nuestras mayores diferenciaciones a la hora de elegir compañías está, creemos, en el contacto y modo de seguimiento que tenemos con las empresas, esto no es algo nuevo ni es la primera vez que lo contamos, pero ante el reciente boom de ciertas herramientas como ChatGPT, tenemos cada vez más claro en qué podemos diferenciarnos, en qué podemos ser mejores que la inteligencia artificial. La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer sentimientos y reacciones, propias y ajenas. Las emociones son el resultado de reacciones químicas. La inteligencia artificial puede darnos infinitas formulaciones químicas, tremendamente útiles, pero no puede traspasarnos su sensación.

Somos fieles defensores de la disrupción tecnológica, tenemos una gran exposición a empresas que persiguen romper barreras con tecnología en diferentes ámbitos. Pero también creemos en nuestra capacidad de análisis más allá de la información al alcance de cualquier código de programación.

Nuestro negocio, la gestión activa, se basa en el análisis, en acertar la tendencia adecuada, la compañía ganadora. Para eso se necesitan no solo conocimientos, sino también habilidades que solo una persona puede desarrollar y, muy importante, saber leer a otro ser humano y decidir si confiar o no en él.

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