En un artículo anterior comentamos que desde Valentum, visitamos más de 100 ideas de inversión al año, pero ¿de dónde sacamos tantas ideas?
Contamos con varias fuentes o procesos que nos proporcionan compañías para incluir en nuestra lista de seguimiento, una de ellas son las conferencias organizadas por alguno de nuestros brokers, pero antes de saber si asistimos o no a una conferencia hay que saber por supuesto, si el viaje y tiempo empleado merecerá la pena.
Este año es el tercero que asistimos a una conferencia en Boston, donde tenemos la oportunidad de tener contacto con gran cantidad de compañías americanas, un evento que nos permite una vez al año acercarnos al país de las oportunidades. Para saber si merece la pena o no recorrer 5.467km debemos tener muy claro si van suficientes compañías que podrían ser potenciales inversiones en la cartera de Valentum FI o Valentum Magno FI.
En el caso de esta conferencia, el total de compañías asistentes era de más de 300. Para hacer una primera selección, miramos una pequeña descripción de su modelo de negocio y los principales datos financieros a los que siempre prestamos atención: FCF yield EV, deuda financiera en relación al EBITDA, márgenes y crecimiento de ventas. Puede que haya algunas de las compañías que no cumplan todos nuestros criterios en relación con estos datos pero que su modelo de negocio sí nos resulte interesante o diferente. Por ello, no solo elegimos las compañías a visitar por la foto financiera general sino también por la oportunidad de conocer diferentes negocios y sectores o incluso la oportunidad de conocer a competidores de compañías que tenemos en cartera.
Basándonos en el modelo de negocio y los ratios mencionados anteriormente, teníamos un total de aproximadamente 50 compañías potenciales, teniendo en cuenta que no todas esas cumplían todos los ratios. Sabíamos que, para dos días de reuniones, de 30 minutos cada una, el máximo posible a visitar tenía que rondar las 25, pero que debíamos solicitar alguna más (unas 30) porque siempre hay cancelaciones o agendas llenas que no nos permiten ver a todas las que nos gustaría.
De esa preselección de 50 revisitamos una a una, volviendo a leer una pequeña descripción del modelo de negocio (esta vez más extensa) y los ratios clave (incluyendo alguno adicional). Tras ese trabajo, teníamos claro las aproximadamente 30 reuniones que íbamos a solicitar.
Algunas de las seleccionadas tenían modelos de negocio que nunca habíamos visto, y aunque sobre el papel, sus números no parecían muy atractivos, decidimos solicitar una reunión para conocer cada nicho. Otras eras claras elecciones por los datos que veíamos y, aparentemente, encajaban con nuestros criterios.
En total tuvimos la oportunidad de tener 23 reuniones de las aproximadamente 30 solicitadas. Con la agenda cerrada empieza el verdadero proceso de análisis, donde una a una estudiamos los últimos documentos publicados por cada compañía para hacer un pequeño resumen de su actividad y tener claras las principales preguntas a hacer al equipo directivo.
Intentamos que el proceso sea ágil. Una vez allí, conforme se iban dando las reuniones y el feedback que tuviésemos, desde Madrid íbamos preparando los modelos y preguntas adicionales para cerrar una segunda reunión de seguimiento con las compañías que allí nos parecieran más interesantes.
Con ese método, en cuestión de dos semanas ya hemos invertido en una de las compañías allí vistas, y continuamos cerrando reuniones online adicionales para tomar la decisión final sobre otros tantos nombres.
Es importante saber enforcar y preparar de manera adecuada las conferencias, para aprovechar verdaderamente el tiempo y la oportunidad. La preparación comienza meses antes de la fecha de la conferencia, con la selección tras varios filtros de las ideas que nos gustaría visitar; y la preparación acaba meses después de que la conferencia haya tenido lugar, ya que se siguen estudiando las mejores ideas visitadas. Hay que ser rápidos, y tener el trabajo hecho sobre aquellas compañías que parecen más interesantes, para poder analizar en profundidad en el menor tiempo posible, una vez hayamos conocido al equipo directivo, y poder tomar una decisión sobre si invertir o no de forma ágil, como ha ocurrido esta última vez.
Ana Moreno