En las cuentas de una empresa, el saldo de clientes es un activo en el balance y significa la cantidad de dinero que los clientes deben pagar por productos o servicios que nuestra empresa ha vendido (y contabilizado con ingresos) pero que aún no ha cobrado. Al igual que las cuentas de proveedores e inventarios es clave para entender el capital circulante y la marcha de la empresa. Si el saldo es muy grande (en proporción a la cifra de ingresos), significa que la empresa tiene poco poder de negociación con sus clientes o que éstos están en una situación difícil y tardan mucho en pagar.