Es la tasa que se utiliza para calcular el valor terminal o residual en la valoración de una empresa. Es el crecimiento infinito que se aplicará a los flujos de caja del negocio. Dependiendo del perfil de crecimiento de la empresa y de su sector, esta tasa será mayor o menor. En cualquier caso, las “g” normalmente están entre -1% y +3%. Se puede aplicar una “g” negativa a negocios en declive cuyos flujos de caja van disminuyendo. En el lado positivo, hay que tener en cuenta que todos los negocios maduran a futuro, por lo que no es razonable utilizar tasas demasiado elevadas.