Se define como la posición de balance resultante de restar el pasivo circulante al activo circulante (Activo Circulante – Pasivo Circulante). Las cuentas más importantes del activo son clientes e inventarios y la del pasivo proveedores. De esta forma podemos ver si, más allá del resultado operativo que vemos en la cuenta de pérdidas y ganancias (EBITDA), la compañía tiene necesidades de financiación para realizar sus operaciones.
Por ejemplo, si una compañía tiene una posición de circulante positiva, quiere decir que necesita financiarse de alguna forma (capital o deuda) para operar, ya que necesitará cubrir sus gastos para pagar a sus proveedores, fabricar inventario y venderlo a sus clientes antes de recibir el cobro de esas ventas. Por otra parte si una empresa tiene una posición de circulante negativo, significa que puede comprar materiales, fabricar, vender y cobrar esas ventas antes de tener que pagar a sus proveedores (es el caso de un supermercado, por ejemplo).