Existen múltiples métodos de valoración de empresas, siendo los más comunes el descuento de flujos de caja y el de múltiplos o ratios comparables.
En la valoración por descuento de flujos de caja lo primero es construir un modelo financiero, estimar los flujos de la compañía en los próximos años y descontar a una tasa, llamada WACC, a valor presente. También se calculará un valor residual (si el negocio no es finito) y se traerá ese importe a valor presente a la WACC calculada.
La valoración por múltiplos consiste en calcular distintas métricas y compararlas con las mismas métricas de compañías comparables, del mismo sector. Hay que tener en cuenta el crecimiento y calidad de cada compañía que se debería ver reflejado en un múltiplo diferente. A mayor crecimiento de los resultados de una compañía, mayor múltiplo debería ser su múltiplo de cotización, ya que éste caerá más rápido (se abaratará) con el paso del tiempo. Los inversores suelen mirar los múltiplos más relevantes.
Existen otros métodos de valoración como el valor de liquidación, valor de los fondos propios, y valor de reposición.